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🔸 Elegir régimen patrimonial NO es opcional, es estratégico
🔸 ¿Quién paga las deudas si el matrimonio fracasa?
Casarse es un acto de amor, sí, pero también una fusión legal. Y no entenderlo puede ser más caro que la boda. En México, cientos de parejas entran al matrimonio sin haber hablado de su régimen patrimonial, lo que en muchos casos detona litigios complejos y desgaste emocional en caso de separación.
El abogado Rodrigo Véjar advierte que el problema no es el régimen en sí, sino la ignorancia sobre su alcance. Existen tres modelos: Sociedad Conyugal, Separación de Bienes y Régimen Mixto.
“Si no firmas capitulaciones, aplicará el formato genérico del Registro Civil”, explica Véjar.
Ese "formato" divide bienes adquiridos al 50%, pero deja zonas grises: ¿las deudas también se reparten así? No siempre. La ley guarda silencio, pero la práctica aclara: solo las deudas comunes se consideran mancomunadas. Las personales deben probarse para excluirse.
Y justo ahí entran las capitulaciones matrimoniales: un contrato claro, legal y anticipado que delimita quién aporta qué, quién debe qué, cómo se administran ingresos, herencias y hasta quién maneja el dinero del hogar.
Incluir este instrumento es crucial, especialmente si alguno de los dos tiene negocios, propiedades o préstamos. No se trata de desconfianza, sino de previsión.
La vida cambia. Las relaciones también. El papel lo aguanta todo, pero el Código Civil no siempre cubre lo no dicho.
En palabras del especialista:
“El amor es ciego, pero el contrato no debe serlo”.