• Ucrania busca voz propia en la cumbre
• La unidad del bloque se pone a prueba en solo 48 horas

Martes 25 de junio de 2025 | La Haya Lo que podría ser una cumbre histórica de la OTAN comienza hoy con los líderes de los 32 países miembros caminando sobre una delgada línea entre la unidad y la división. El telón de fondo: el reciente ataque estadounidense a Irán, una propuesta polémica de aumento en el gasto militar, y la disputa por el lugar de Ucrania en la mesa principal.

El presidente Donald Trump, fiel a su estilo directo, ha generado tensión al exigir que todos los miembros dediquen al menos un 5% de su PIB a defensa. Mientras tanto, países como España y Canadá se resisten abiertamente, calificando la propuesta de "irrazonable". Según la OTAN, el gasto español fue el más bajo del bloque en 2024, seguido de cerca por Canadá.

Para contener los desacuerdos, los organizadores han optado por una declaración final breve, evitando puntos conflictivos. Aun así, el ambiente se siente cargado. "Queremos ver un esfuerzo proporcional por parte de todos", dijo Mark Rutte, nuevo secretario general de la alianza, quien busca suavizar la tensión sin ceder demasiado terreno.

Por otro lado, los países europeos quieren que el foco esté en Ucrania, cuya resistencia frente a Rusia ha sido respaldada, principalmente, por ayuda militar coordinada desde la OTAN. Sin embargo, preocupa que Trump minimice el papel de Zelenski, quien ha sido invitado a la cena inaugural, aunque aún no se confirma si se le concederá un lugar en las discusiones centrales.

La estructura de la OTAN mantiene su núcleo en Bruselas y su músculo en Mons, bajo liderazgo militar estadounidense. A pesar de las diferencias, el principio del Artículo 5 —defensa colectiva ante cualquier ataque— sigue en pie, aunque con matices cada vez más evidentes en el discurso de Washington.

Esta cumbre de dos días puede parecer breve en agenda, pero sus decisiones podrían redibujar el mapa de seguridad global durante la próxima década. Para muchos, lo que se discuta aquí no solo definirá el rumbo de la alianza, sino el equilibrio mismo del poder internacional.