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Identificada como NB.1.8.1, esta variante ha sido detectada en Asia, Europa y América del Norte.
Aunque los síntomas son intensos, no hay evidencia de que cause una enfermedad más grave.
La OMS asegura que las vacunas siguen siendo efectivas.
La nueva variante de COVID-19 ha sido apodada por médicos y pacientes como el "COVID de garganta de cuchilla". ¿La razón? Un dolor de garganta extremo que recuerda a una herida aguda. La cepa, oficialmente conocida como NB.1.8.1 o Nimbus, está siendo rastreada por autoridades sanitarias tras un incremento de casos en el Mediterráneo oriental, el sudeste asiático y el Pacífico occidental, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los reportes clínicos más recientes, provenientes del Reino Unido, India y otras regiones, han señalado que el principal síntoma de esta variante es una irritación severa de garganta, aunque también se presentan los ya conocidos: fiebre, escalofríos, tos, pérdida del gusto u olfato y dificultad respiratoria.
Aunque el incremento de contagios ha puesto en alerta a algunos gobiernos, la OMS tranquiliza: la variante Nimbus no parece ser más peligrosa que sus antecesoras. Hasta ahora, no hay indicios de que esta cepa provoque síntomas más graves o complicaciones mayores.
En aeropuertos de Estados Unidos, como los de California, Washington, Virginia y Nueva York, se han detectado casos en viajeros provenientes de zonas con alta incidencia.
Respecto a la protección, la OMS subraya que las vacunas actuales siguen siendo efectivas contra esta variante. Por ello, aunque el riesgo global es bajo, se recomienda mantenerse informado y seguir las recomendaciones de salud pública.
Un punto polémico se desató cuando Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud, anunció que ya no se recomienda la vacunación contra el COVID-19 para niños sanos ni mujeres embarazadas. Esta medida ha sido cuestionada por expertos en salud pública que insisten en la importancia de inmunizar a los sectores vulnerables.