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El INAH exige restauraciones con materiales originales, elevando costos.
Recomendaciones incluyen refuerzos internos y monitoreo sísmico.
En el Centro Histórico de Puebla, el tiempo y la humedad han dejado huella en decenas de casonas antiguas, cuya estructura podría ceder incluso con un sismo de magnitud 2 o 3 con epicentro en la capital. Así lo advirtió Eduardo Ismael Hernández, ingeniero de la UPAEP, tras analizar la propuesta del gobierno estatal de restaurar estos inmuebles a cambio de su uso.
El especialista detalló que toda intervención debe cumplir con las normas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lo que implica evitar materiales como concreto o acero y emplear únicamente aquellos similares a los originales."Los criterios del INAH obligan a conservar el valor patrimonial con materiales originales, lo que eleva costos y dificulta la obtención", explicó.
La mayoría de estas construcciones están hechas con mampostería simple, un sistema de bloques, piedra, ladrillo o adobe sin refuerzo estructural. El problema, subrayó, es que el adobe es frágil al agua: las filtraciones reducen su resistencia y vuelven a los muros altamente vulnerables ante movimientos sísmicos.
Hernández propuso instalar estructuras internas resistentes para dar seguridad sin alterar la imagen histórica, además de evaluar el tipo de suelo donde se asientan los inmuebles, tomando en cuenta daños pasados como los de 1999 y 2017.
El riesgo sísmico sigue presente en Puebla.
Entre las medidas urgentes recomendó colocar estaciones de registro sísmico y endurecer las normas de diseño estructural.
"Se ha avanzado un poco, pero falta más investigación para prevenir riesgos", concluyó.