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Novak Djokovic y Casper Ruud apuntan al impacto en su rendimiento.
La legalización del cannabis en 2021 reconfigura la experiencia deportiva.
El olor a marihuana, omnipresente en Nueva York, irrumpió de nuevo en la escena deportiva. Esta vez no en la calle, sino en las pistas del US Open, donde Novak Djokovic y Casper Ruud expresaron su inconformidad con un tono que mezcló resignación y fastidio.
Djokovic, tras su partido del jueves, fue directo: “No soy fan de ese hedor. Aquí es legal y debemos aceptarlo”, declaró en rueda de prensa. Con frases cortas, dejó claro que el tema incomoda, pero también que la ley en la ciudad no juega a favor de quienes buscan concentración.
Ruud, por su parte, llevó la queja más allá del humor. Tras su enfrentamiento con el belga Raphael Collignon, vinculó su bajo rendimiento con la nube de humo que flotaba en el estadio: “Es molesto jugar cansado y ver a pocos metros a alguien fumando marihuana. Para mí, lo peor de Nueva York es ese olor que está en todas partes”, dijo en entrevista radial.
No es la primera vez que ocurre. Antes, jugadores como Nick Kyrgios, Alexander Zverev o Maria Sakari habían lanzado críticas similares. El problema radica en un hecho incuestionable: desde marzo de 2021, el cannabis es legal en Nueva York para mayores de 21 años. La normalidad con la que se consume en calles, bares y ahora estadios sorprende a turistas y molesta a los atletas.
Incluso el alcalde Eric Adams llegó a bromear: “Lo primero que huelo en la ciudad es marihuana, parece como si todos fumaran”. Una risa que contrasta con la seriedad de los jugadores, que ven en la situación una barrera invisible que interfiere con su rendimiento deportivo.
