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- Con una herencia cultural rica, Lenny fue moldeado por el jazz, el rock y el amor por la expresión auténtica.
- A lo largo de cuatro décadas ha lanzado álbumes icónicos como Let Love Rule, Mama Said o Raise Vibration.
Un martes cualquiera de 1964, en el corazón de Manhattan, nació Leonard Albert Kravitz. En ese momento nadie sabía que ese bebé se convertiría en uno de los músicos más influyentes de las últimas décadas. Hijo único, de madre afroamericana bahameña —la actriz Roxie Roker— y padre judío-ucraniano —el productor Sy Kravitz—, Lenny creció entre culturas, lenguajes y sonidos.
Desde muy pequeño, la música lo cautivó. A los cinco años ya golpeaba la batería con entusiasmo, inspirado por el jazz que llenaba su casa. Al mudarse a Los Ángeles en 1974, por el éxito televisivo de su madre en The Jeffersons, Lenny se encontró con el rock, el soul y nuevas posibilidades. Aprendió a tocar el bajo, el piano y comenzó a moldear su voz.
En los años 80 adoptó el seudónimo Romeo Blue, influenciado por Prince. Pero la industria musical lo rechazaba por no encajar en etiquetas raciales. Así que volvió a sus raíces. En 1989, Virgin Records confió en él y lanzó Let Love Rule, un debut que fusionaba rock clásico con soul y psicodelia. Fue el comienzo de una carrera brillante.
Sus discos hablan de evolución constante:
- Let Love Rule (1989): un manifiesto de amor y libertad, con un sonido retro que sorprendió a la crítica.
- Mama Said (1991): incluye el hit “It Ain’t Over ’til It’s Over”, que lo posicionó en los primeros lugares del Billboard.
- Are You Gonna Go My Way (1993): con un riff imparable y energía cruda, esta canción lo catapultó al estrellato global.
- Circus (1995) y 5 (1998): mostraron una versión más introspectiva y espiritual de Lenny. “Fly Away” ganó un Grammy y se convirtió en clásico.
- Greatest Hits (2000) y Lenny (2001): reafirmaron su lugar como icono del rock contemporáneo.
- Black and White America (2011) y Raise Vibration (2018): exploraron temas sociales, raciales y personales con frescura y poder.
Entre 1999 y 2002, Lenny Kravitz ganó cuatro premios Grammy consecutivos por Mejor Interpretación Vocal de Rock Masculino. Nadie más ha logrado esa hazaña.
Más allá de la música, Kravitz incursionó en el cine con su papel como Cinna en Los Juegos del Hambre, se convirtió en diseñador de interiores con su firma Kravitz Design Inc. y ha defendido causas humanitarias junto a UNICEF y la Cruz Roja.
Y es que Lenny nunca fue solo un rockero. Es una fuerza creativa que se reinventa. Que vive en una caravana en las Bahamas y diseña lo que canta. Que se cayó, se levantó y terminó siendo ejemplo de libertad artística.
Hoy, 26 de mayo, celebramos su nacimiento no solo como un ícono del rock, sino como símbolo de autenticidad y resiliencia.