El Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano, falleció a los 88 años debido a una pulmonía bilateral, según confirmaron medios del Vaticano (Vatican News). Su muerte ha provocado una oleada de reacciones internacionales que destacan su legado como un líder espiritual cercano, humilde y comprometido con las causas sociales.

Desde Argentina, su país natal, el Gobierno reconoció a Jorge Bergoglio como un referente de entrega, amor y cercanía hacia la humanidad. En Europa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo llamó “una guía moral para un mundo más justo y pacífico”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, también lamentó su partida y destacó que el Papa “llevó esperanza a los más necesitados”. Desde Italia, la primera ministra Giorgia Meloni expresó que el pontífice “ha regresado a la Casa del Padre”.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, resaltó su “fe profunda y compasión ilimitada”. El senador estadounidense JD Vance, quien se reunió recientemente con él, dijo que “parecía muy enfermo”. Incluso el mandatario ruso, Vladimir Putin, expresó que su encuentro con Francisco “permanecerá como uno de sus recuerdos más brillantes”.

El deceso se confirmó este fin de semana, con comunicados oficiales desde el Vaticano y múltiples tributos en redes sociales.
El mundo despide a un hombre que rompió moldes y abrió caminos.
Su partida marca el fin de una era, pero su mensaje de fe, justicia y humanidad seguirá iluminando.