- La falta de equidad debilita la acción climática.

- Casos como el de Ayacucho evidencian su valor científico.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un informe que pone el foco en una injusticia global: los pueblos indígenas, custodios del 80% de la biodiversidad mundial, reciben menos del 1% de la financiación climática internacional, pese a representar solo el 6% de la población (informe ONU, 2025).

El estudio critica que la acción climática actual avanza de forma poco urgente y profundamente desigual. Comunidades indígenas sufren la imposición de proyectos de energía renovable sin consulta previa, mientras quedan excluidas de espacios donde se diseñan políticas ambientales.

“Es hora de reconocer el conocimiento indígena como científico y técnico, no como una simple tradición”, subraya el informe.

Un ejemplo inspirador viene de la comunidad quechua de Ayacucho, Perú, donde habitantes rescataron prácticas ancestrales de captación de agua para contrarrestar los efectos de la sequía y el derretimiento glaciar. Esta estrategia tradicional ofrece soluciones reales ante el cambio climático.

La ONU concluye que para enfrentar eficazmente la crisis ambiental, es imprescindible que los pueblos indígenas sean escuchados, financiados y respetados como actores principales.