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El gobernador Alejandro Armenta lo celebra como un triunfo financiero.
El Gobierno del Estado de Puebla anunció oficialmente la terminación anticipada del contrato del Museo Internacional del Barroco, una de las obras más polémicas y caras del sexenio de Rafael Moreno Valle. El acuerdo, firmado en 2016 bajo un esquema de Asociación Público-Privada (APP), generaba una deuda de largo plazo que comprometía el presupuesto estatal hasta el año 2040.
La Secretaría de Cultura y el organismo Museos Puebla notificaron esta decisión al Congreso del Estado, mediante un oficio firmado por Alejandra Pacheco Mex, titular de Cultura; Josefina Farfán, directora de Museos Puebla; y Jesús Vázquez Viveros, responsable jurídico del organismo.
Durante la última sesión legislativa, la Mesa Directiva del Congreso dio lectura al documento y lo turnó a la Comisión de Presupuesto y Crédito Público para su análisis.
“Finalmente este recinto museístico será de las y los poblanos”,
expresó con firmeza el mandatario, tras inaugurar el Congreso Nacional de Cafeticultores (Concafe) 2025.
El convenio fue firmado con Grupo Hermes, empresa encargada del proyecto, y marca el cierre de un capítulo que, para muchos, simbolizaba un lastre económico. El museo fue construido bajo el modelo de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) con un costo cercano a los 7 mil 845 millones de pesos, que implicaban pagos anuales superiores a 500 millones de pesos.
Gracias a la renegociación impulsada por la actual administración, se logró reducir la deuda en 2 mil millones de pesos. No es poca cosa.
“Las próximas administraciones tendrán mayor margen de inversión, lo que mejorará nuestra calidad crediticia y permitirá un manejo financiero más saludable”, subrayó Armenta.
El Gobierno de Puebla no solo cerró un contrato, abrió la puerta a una nueva etapa en el gasto público, una donde la eficiencia y el compromiso con lo local parecen tomar el protagonismo.