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El duelo de este sábado en Marsella entre Hungría e Islandia se vio acompañado por nuevos incidentes violentos en las gradas.
Esta vez fueron pequeños enfrentamientos, protagonizados por dos grupos de aficionados húngaros separados por una barandilla y que quisieron juntarse, algo no aceptado por los agentes de seguridad privada, que recibieron puñetazos. La policía intervino y reestableció la calma.
Los ultras del Ferencvaros, de ideología neonazi, asaltaron a otro grupo de aficionados húngaros horas antes del comienzo del partido.
La pelea fue en la misma zona en la que, en la primera jornada, se produjeron disturbios entre ingleses y rusos, que rápidamente fue controlada por los antidisturbios, que restablecieron la calma.