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🔹 Murió el comandante Hossein Salami; el mundo contiene el aliento
🔹 El OIEA advierte sobre las graves consecuencias del ataque
Una noche oscura para Medio Oriente. Israel lanzó una ofensiva militar contra Irán que ha dejado una estela de destrucción, conmoción internacional y una región al borde del abismo. Según fuentes locales, el bombardeo alcanzó uno de los principales centros de enriquecimiento nuclear en Natanz y causó la muerte de Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria Iraní, junto con decenas de civiles.
El ataque, bautizado como “León Ascendente”, fue descrito por el gobierno israelí como una acción preventiva ante una amenaza inminente de misiles y drones iraníes. En palabras del primer ministro Benjamín Netanyahu:
“No cesaremos hasta garantizar la seguridad de nuestro pueblo y la región.”
La operación ha encendido alarmas globales. Rafael Mariano Grossi, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), condenó el ataque a la instalación nuclear:
“Las instalaciones nucleares nunca deben ser atacadas, sin importar el contexto o las circunstancias, ya que puede afectar tanto a las personas como al medio ambiente.”
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de urgencia para analizar la situación. Mientras tanto, el secretario general pidió contención a todas las partes y condenó “cualquier escalada militar” en la zona.
Israel declaró estado de emergencia, activó medidas extraordinarias de defensa y redujo funciones no esenciales.
Por su parte, Irán prepara lo que podría ser una respuesta devastadora con misiles y drones, lo que amenaza con escalar aún más el conflicto.
Los llamados a la diplomacia no cesan. Analistas internacionales advierten que, si no se retoman los canales de diálogo, la región podría caer en un punto sin retorno.