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Durante la Asamblea General de la ONU, el expresidente Donald Trump lanzó un contundente discurso en el que cuestionó la corrupción y la gestión de la organización internacional. Según Trump, la ONU opera “a un nivel alto y de manera masiva” y rechazó su propuesta para renovar la sede en Nueva York, que él ofreció en 500 millones de dólares, mientras que finalmente se gastaron entre 2 y 4 mil millones.
En materia de seguridad internacional, Trump señaló que Irán sigue siendo “el mayor patrocinador de terrorismo del mundo” y defendió los ataques estadounidenses para frenar su capacidad nuclear. Sobre el conflicto en Gaza, expresó que busca un alto el fuego, pero que Hamás lo rechazó, advirtiendo que reconocer un Estado palestino sin liberar a los rehenes sería “una recompensa al terrorismo”. Actualmente, afirmó que 20 rehenes permanecen con vida.
El exmandatario criticó la postura de los países de la OTAN, quienes, según él, continúan comprando energía a Rusia y, con ello, financian la guerra. Además, recalcó que su administración busca detener el desarrollo de armas biológicas a nivel mundial.
Trump cerró su intervención con un fuerte mensaje sobre la migración en Europa y Estados Unidos. Afirmó que la ONU financia la inmigración y que los países occidentales están “destruyendo su cultura” al no establecer fronteras fuertes, señalando como ejemplo la intención de Londres de imponer la ley Sharia. Para él, los problemas deben resolverse en los países de origen y no trasladarse a Occidente.
